miércoles 12 de enero de 2011

Respuesta a "palabraenllamas" y/o editorial Divulgación

Caricatura de Allan Mcdonald
Tomada del blog: http://honduraselogoali.blogspot.com

Habían unas “palabras iluminadas”. Entonces vino un blog con una chispita de discrepancias e hizo que aquellas se volvieran “palabras en llamas”. Te explicamos, querido lector, cómo está la situación. Publicamos unas opiniones con base en nuestro criterio, que puede ser el más equivocado del todos los habidos y por haber, pero es libre y soberano, y lo ejercemos desde nuestra posición de lectores. Si un escritor quiere publicar un libro y que todo mundo esté de acuerdo con ese libro, entonces, lo más seguro es que se trata de un mediocre escritor. Y peor que eso: un escritor conservador. Sí, dijimos conservador, de esos que no admiten DISCREPANCIAS. Esa palabra está en nuestro léxico, conservador, la entendemos bien. También la palabra resistencia y también la palabra Resistencia. Hasta aquí nuestros amigos enojados y ardidos “en llamas” estarán un poco desconcertados: “Pero si se trata de unos golpistas que vienen con puñaladas traperas, trabajadores del desprestigio mediático respecto a nuestros artistas valientes y revolucionarios”. Pero vamos a contestar a nuestros queridos “revolucionarios” (que no revolucionarios) con paciencia y humor el escrito que con tanto amor nos han dedicado, pues notamos que están llenos de inquietudes. Para quien desea contextualizarse, aquí pueden dar click para leer su discrepancia.

Comienza el artículo de marras con un enardecido elogio a la dignidad y al compromiso político de Helen Umaña, el cual contrastan con el servilismo de escribidores (sí, dijimos escribidores, bien clarito) como Segisfredo Infante, José Enrique Cardona Chapas (el inventor de Segisfredo y viceversa), Nery Gaitán y César Indiano (los laureados escritores condecorados con la banana de oro del gorilismo hondureño). Señores, ¿qué podemos objetar nosotros a esto? Nada, absolutamente nada. Ningún seudointelectualito (para devolverles el adjetivo, solo que con más cariño a nuestros amigos “en llamas”) aspirante a ser de izquierda viene a descubrirnos nada, pues compartimos la admiración por el compromiso y la palabra digna y humanista de Umaña y de ninguna manera vamos a compararla con la repulsión que nos provocan los fulanos citados. Señores Ígneos, hijos de Marte, entiendan: Helen no necesita ser contrastada con tal mediocridad. Es como decirle a una dama que es más hermosa que un sapo. Desde el inicio de su queja berrinchosa ya se ven sus tristes carencias.

Continúa el dichoso artículo diciendo que no está lejos pensar que nosotros estamos “al servicio del oscurantismo que se realiza contra los intelectuales hondureños que no aceptamos el mazazo vulgar que el golpe de Estado representó para la democracia y la inteligencia humana”. Antes de comentar esto vamos a hacer una reflexión muy breve: hace unos años, uno de estos políticos que tienen a Honduras en el estado de facto en el que hoy se encuentra, prometió en su campaña crear cinco mil viviendas en cuatro años de gobierno. No nos acordamos si fue Reina o si fue el autor intelectual del golpe de Estado, Carlos Flores Facussé. El hecho es que hizo esa promesa. Por otro lado, en el lado de las minorías, estaba Matías Funes o Juan Almendares o quien sea. Pongamos cualquier nombre solo para ejemplificar. Pero esta minoría, de ideas progresistas, prometía organizar el país, prometía educación y programas más modestos. El pueblo, víctima de la ignorancia, creyó y votó por el que le prometía más y se llenaba la boca con imposibles, mientras los otros fueron tildados de comunistas y poco realistas y negativos que señalaban los problemas del país en lugrar de resolver problemas concretos como la vivienda. El resultado fue desastroso porque las cinco mil viviendas para la gente pobre no se concretizaron, pues era un imposible ya que para ello, era necesario que se construyera una vivienda diaria. Descabellado. A qué viene este ejemplo, se preguntarán ustedes, en el caso que nos ocupa. Ingenuos hijos del fuego: ustedes, que se llenan la boca llamándonos de servidores del oscurantismo, elevándose ustedes a categorías de intelectuales o trabajadores comprometidos, llamándose a sí mismos muy solidarios, no se dan cuenta que utilizan la misma DEMAGOGIA de los conservadores y de los opresores: la demagogia de autodenominarse revolucionarios y entonces el pueblo les cree y nos colocan a nosotros como los malos de la película. ¿Y saben por qué decimos que es demagogia? Porque por un lado nos subestiman, lo cual no nos importa, ya que hemos optado por el anonimato justamente para que aquellos que quieran puedan tener toda la libertad de no tomarnos en cuenta y llamarnos de lo que quieran. Pero por otro lado, y esto es lo peor en el caso de nuestros amigos “en llamas”, no se dan cuenta que con sus argumentos lo que hacen es sobreestimar a los golpistas. ¿Por qué? Pues, señores, por favor, ¿realmente creen ustedes que si fuéramos golpistas estaríamos interesados en la literatura, en el arte? Y les preguntamos: ¿si fuéramos golpistas, creen ustedes que estaríamos escribiendo desde este humilde blog, en el anonimato? Qué poco son capaces de analizar, chispitas que juegan a ser revolucionarios sin haber leído una línea de El capital. No se han fijado que la estrategia de los escritores golpistas, lejos de permanecer en el anonimato, es má bien figurar como edificadores y constructores de nuestra cultura. ¿No se fijan que aparecen en la televisión con sus corbatas manchadas de sangre, no se fijan que aparecen premiados con un laurel de oro y mierda por el dictador de turno, no se fijan que sus páginas web están publicitadas y con dominios .com y .hn con diseñadores pagados? Ay, ingenuas cabecitas calientes, un golpista intelectual opera exactamente igual que sus mecenas políticos: con el elogio fácil, con el “está todo bien”, pues a ellos les interesa mantener las cosas como están, ellos quieren poner un edredón sobre las sábanas arrugadas. Nosotros, en cambio, queremos criticar. Sí, criticar. Porque la revolución comienza en ir contra nosotros mismos, comienza en la revisión de la propia ideología. Esto lo sabrían de sobra si hubieran leído –pero sobre todo comprendido– acerca de la enfermedad del izquierdismo, si realmente en lugar de hacerse los muy solidarios y revolucionarios hubieran dedicado una tarde exigua a leer unos parrafitos del buen Ulianov. Lo que sucede es que quienes se enardecen por una opinión crítica –que no filológica, insistimos– poseen una visión caduca de la izquierda, una visión anacrónica y estalinista. ¿Alguien en este blog ha puesto en duda, un solo segundo, el compromiso ético de Helen Umaña? ¿Alguien ha querido desprestigiar su humanidad y su entrega a las causas sociales en este blog? Aquí lo que hemos dicho es que no nos gustan ciertas cosas de su libro. Y entonces, vienen los estalinistas, vienen los que se creen muy revolucionarios y dicen: crucifíquenlos, fusílenlos. Fariseos es lo que son. Viven en el subdesarrollo ideológico porque operan exactamente igual como operaría Micheletti o Adolfo Facussé: como me criticás, a mí que soy un líder impescindible del partido, entonces cerraré tu medio y le diré a la población desde mis medios que vos sos el enemigo. Vean su rostro, fariseos, es esto lo que ustedes hacen: “como criticás un libro de Helen Umaña, una líder indiscutible, entonces te voy a boicotear y le diré a los lectores desde mi blog que vos sos el puñalero trapero. ¿Lo ven? Imitan exactamente lo que critican. ¿Entonces qué hace la derecha? Exactamente lo que hizo la derecha: vamos a dividir a este pueblo y a ponerlos a confrontarse entre ellos mismos para que obtengamos el poder que queremos. Exactamente lo que Pepe Lobo hizo: en río revuelto, ganancia de pescadores, o mejor, de vividores. Para rematar, otro ejemplo de cómo operan ustedes, hijos del fuego, igualitos a sus antagonistas: denunciar a quien opina porque no nos gusta cómo opina. ¿Por qué no nos dejan ejercer nuestra libertad de expresión como lectores? ¿Desprestigiar es leer un libro y decir que no nos gustó? Es más, se los decimos de nuevo: La palabra iluminada es un ladrillo, útil como un ladrillo, pero que tiene defectos y carencias. Ignoramos si Helen Umaña se siente molesta porque decimos estas cosas. Si realmente se siente molesta, sin duda es un mal síntoma, pues ella como crítica mejor que nadie sabe que los libros se escriben para que los lectores hagan y digan lo que quieran. He ahí la libertad y la democracia de la literatura. Si para Pablo de Roca un poeta como Neruda era un mediocre, ¿por eso vamos a decir que Pablo de Rokha no es un gran poeta? Si Cortázar admiraba a Octavio Paz, ¿por eso vamos a decir que Cortázar era un conservador? Si a un lector simple y de la calle no le gusta Roque Dalton, ¿entonces ese lector es un golpista? Si le gusta Ezra Pound, ¿entonces es fascista? No, ígneos amigos, el arte es libertad y ahí no existen dictaduras ni de derecha ni de izquierda. ¿Acaso no han visto cómo un país como Cuba aprendió de sus errores? En los inicios de la revolución, escritores como Arenas, Lezama y Piñera eran censurados por algunos ortodoxos, por ignorantes que operaban como estalinistas, que los tildaban de contrarrevolucionarios y “maricas” y ahora, con el tiempo, ven que no existían poetas y escritores más revolucionarios que esos, al punto de que sus obras son reeditadas hoy en día en nuestra admirada Cuba. Y ahora, para quienes han ido a Cuba recientemente, saben que aquellos “maricas” que eran censurados al inicio, hoy tienen voz y voto en los procesos revolucionarios del siglo XXI.

Señores de la editorial Divulgación: el derecho a criticar es y será un derecho inseparable de la sociedad y de los lectores. La crítica es la base de toda revolución. No se nos pongan colorados ni "en llamas" porque criticamos un libro. Si Helen Umaña está molesta con nuestras opiniones, queremos pedirle disculpas por ofender su sensibilidad. Sin embargo, no nos retractamos de lo que pensamos sobre su libro. Desde aquí, nos preguntamos y le preguntamos a nuestros ígneos amigos y a Helen: ¿será que los señores de la editorial Divulgación ya leyeron el libro de Helen? Lo dudamos muchísimo, señores, muchísimo. Casi pondríamos las manos al fuego por afirmar que no lo conocen (y esto de poner las manos al fuego no es un chiste a costa de su blog “en llamas”, el cual no hemos podido encontrar, pero nos gustaría leer). Pero si acaso lo han leído, entonces dígannos: ¿no han leído ustedes la crítica que Umaña hace de muchos compañeros resistentes como Diana Espinal, por poner un ejemplo? Según Umaña, los conceptos de Espinal en Tras los hilos, “no encontraron adecuadas rutas de realización expresiva”. Según Umaña, en Nimbo de sombras, de Candelario Reyes (miembro activo de la resistencia), salvo en un poema, “el esfuerzo no se concretó en formas poéticamente válidas” y además “la calidad no se sostiene a lo largo de cada composición”. Según Umaña, en Sextos de lluvia de Fabricio Estrada, miembro de Artistas en Resistencia, “algunos temas no siempre ostentan el rigor formal”. ¿Entonces hemos de llamar de doble moral la actitud de Umaña solo porque dijo un par de cosas no favorables sobre la obra de estos artistas en resistencia? ¡Claro que no! Porque ha expresado su opinión. Ella, que sin tener una vocación artística es capaz de juzgar el esfuerzo de muchos poetas, lo hace porque es su DERECHO ABSOLUTO como lectora y crítica, un derecho que no se lo ha concedido ninguna academia y ningún profesorado, sino que se lo concede nada más y nada menos que ¡¡¡¡EL PROPIO AUTOR!!!! Desde aquí preguntamos a Helen Umaña, con todo respeto, ¿nos permite usted ejercer nuestro derecho como lectores a la libertad de decir lo que nos dé la gana sobre su libro? Y una joyita para nuestros amigos en llamas: cómo se nota que no han ojeado el libro de nuestra querida Helen, pues ¿no han leído las páginas que le dedica al escritorzuelo Indiano, a Segisfredo Infante y José Enrique Cardona Chapas? A Indiano le dedica casi siete páginas (muy objetivas, eso sí). De Infante, si bien es cierto sobre su primer libro dice que hay algunos poemas débiles, también dice “que los poemas mencionados ofrecen un planteamiento coeherente”, y agrega al referirse a su trabajo: “La poesía como puerta de acceso al Ser. La conquista del lenguaje como ejercicio metafísico que inquiere sobre el yo. El arduo trabajo en verso”. Y de Chapas, hace una descripción pero sin el más mínimo asomo de crítica. ¿Y será que nuestros amigos ígneos saben que Helen ha escrito amables comentarios sobre La vida menor de Nery Alexis Gaitán? Eso parece que lo ignoran, claro, pues tan defensores y admiradores del trabajo de Helen, que ni siquiera se han dignado en leerlo (insistimos: admitimos que podemos estar equivocados respecto a esta opinión a priori). Pero nosotros no consideramos a Helen golpista, solo porque habla bien de algunos escritorzuelos de derecha. Porque no somos idiotas. Porque entendemos que una cosa es la literatura y la opinión del lector y otra la trayectoria y el compromiso humanista. Por eso no necesitamos que nos vengan a escribir el currículum de Helen y las organizaciones y los premios que tiene, pues nosotros SÍ la hemos leído y SÍ conocemos su trabajo y podemos asegurarles que mucho. Que nos salgan diciendo que está en la Comisión de la Verdad, nos importa muy poco respecto a lo literario, pues eso no garantiza para nada la calidad de un artista. Ahora solo falta que por pertenecer a la Comisión de la Verdad, la persona automáticamente sea un infalible escritor. De pasada, déjennos decirles que resulta un poco gracioso que éste sea quizás el único país del mundo que le otorga a un crítico el Premio Nacional de Literatura. Nada tenemos contra el premio otorgado a Helen, pero sin duda es alarmante que no existan creadores para optar a un premio de esta naturaleza.

Pero sigamos y vayamos terminando: nuestros ígneos amigos de editorial Divulgación, colocan una serie de opiniones de Helen, sin explicar en qué contexto las ha dicho, con lo cual parece que Helen estuviera contestándonos a nosotros cuando dice: “No podía, ya cuando vivo la recta final de mi existencia, desdecir, con un acto de cobardía intelectual, la trayectoria moral de toda mi vida”. Y cuando dice que ciertos textos “quizá desagraden al profesor de ínfulas académicas, pero tienen una legitimidad humana extraordinaria”.  Estimados lectores: Helen Umaña se refiere aquí a una pregunta que le hizo Mario Casasús en agosto del año 2009. Decimos esto porque al descontextualizarla parece como si Helen estuviera “defendiéndose” de nosotros, lo cual es ridículo, pues ella no necesita hacerlo, y, si fuera el caso, tiene toda la solidez para hacerlo por sí misma y estamos seguro que no necesita de mediocres interlocutores. Por otro lado, no vemos de qué tenga que defenderse, pues nadie la ha agredido. Tan solo, insistimos, hemos opinado sobre su libro, opinión que básicamente se resume a una crítica sobre la extensión de la obra y algunas dudas que nos deja respecto a ubicaciones generacionales de la literatura hondureña. Es increíble que una vez más, quienes se llenan la boca de muy solidarios, acaben utilizando procedimientos al estilo El Heraldo, descontextualizando opiniones para generar inquinas y estimular la confrontación personal en lugar de generar el debate y la crítica sobre lo que gusta o no. Aunque reconocemos que tal vez lo hayan hecho sin esa intención, acaso les faltó -por distracción- escribir que ese apartado “Del pensamiento de Helen Umaña” procedía de la entrevista que hemos mencionado.

Queremos decir tres cosas para terminar. Primero sobre Helen Umaña: tal como lo dijimos en la entrada anterior, creemos que es un ser sensible, una intelectual imprescindible para entender la literatura de nuestro país, no dudados de su capacidad, de su talento, de su entrega, disposición y fortaleza para defender los derechos humanos y nadie pone en duda el amor profundo que tiene por la poesía. Es humana, no es infalible, y como nosotros también se equivoca y también puede escribir todo lo que le dé la gana, como todo mundo puede decir sobre su obra lo que quiera. Querida Helen: nunca fuimos tus alumnos en ninguna aula. Pero te hemos leído más que aquellos que te defienden. Tú, como buena lectora que eres, lo sabes. Sabes que hemos leído cada uno de tus escritos. Estamos seguros que, como te dijimos en la entrada anterior, vas a seguir alumbrándonos con tu palabra. 

Segundo, para nuestros amigos en llamas de editorial Divulgación: esperamos que realmente sean verdaderos compañeros de Helen Umaña, y no solo de la boca para afuera manifiesten su admiración. Esperamos que hayan comprado La palabra iluminada como lo hicimos nosotros y así demuestren ese tan alto aprecio que tienen por ella. Esperamos que después de comprarla o haberla comprado, lean. ¡Oh, si cada uno de nuestros supuestos revolucionarios compraran unos pocos libritos al año de nuestros poetas!, con toda seguridad tendríamos en Honduras mejores lectores y nuestra literatura sería más seria y nuestros lectores más exigentes con sus artistas. Así demostrarían aprecio por muchos escritores que han tenido que ser relegados a la pobreza por culpa del conservadurismo. Ojalá le compraran libros a sus escritores, en lugar de hacerles falsos homenajes que en lo que acaban son en autohomenajes para los organizadores. Pero volvamos a nuestros amigos ígneos después de esta divagación: perdonen, señores de editorial Divulgación si nuestra crítica irrita demasiado su delicada sensibilidad. Hemos escrito esta entrada por ustedes, para ustedes, porque los respetamos y respetamos su trabajo. Si no fuera así, lo más simple sería ignorarlos y nosotros seguir en lo nuestro. Pero no, mejor apliquemos ese silencio a los golpistas de la literatura, a los malos escritores, a los mediocres que buscan popularidad y fama. Hay muchos de camiseta blanca y algunos pocos también en el lado rojo.

Y para terminar, en tercer lugar, queremos resolverles algunas dudas: no somos golpistas, no somos conservadores, no somos poderosos, no somos intelectuales ni profesores de ninguna academia, no somos complacientes, no somos populares y sobre todo no somos tontos. Somos “desocupados lectores”,  preferimos ser los Judas de esta historia, o sea, llámennos de traidores, de puñaleros, llámennos de pesimistas y destructores, como hacen los que dicen amar a la patria con sus camisetitas blancas, esos mismos que a ustedes en la calle les llaman de vándalos porque exigen su derecho a la libertad y la democracia. Sí, hijos del fuego, llámennos negativos con la típica frase del hondureño golpista: “fije que usté solo lo malo mira, en lugar de ver las cosas güenas de nuestra patria bella”. Llámennos de biliosos y virulentos porque criticamos y no estamos contentos con muchas cosas de nuestra literatura, porque criticamos con la idea de que las cosas mejoren, llámennos fríos y frustrados. Ojalá que a ustedes, tan en llamas, ¡nunca tengamos que llamarlos tibios!

3 comentarios:

  1. Una cosa es la vida y otra la obra. Una cosa es Hellen la defensora de las causas sociales y otra la escritora. Leí su crítica y ciertamente estoy de acuerdo con casi todo lo que dicen. La crítica es enteramente literaria no tiene nada que ver con política, es más la política no cabe en la buena literatura aunque ciertamente no queda al margen, ustedes están argumentando y eso hasta Hellen una persona de pensamiento abierto lo puede apreciar. No le hagan caso a esta gente, que aunque no es mala gente, pues si son malos lectores, la política está al alcance del que se quiera sumar, la literatura requiere competencia lectora y eso no es para todos. Creo firmemente en la expresión de las ideas, pero no hay que confundir la chicha con la limonada como dice el popular adagio. Una cosa es la valentía de andar aguantando golpes de la policía otra cosa es que el poema donde mencionan a Micheletti y a Zelaya tenga valor literario, estético además de un mero testimonio, muchas gracias.

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  2. Me gusta mucho la critica literaria que estan haciendo en este blog...pero (alli va el pero)porque tienen que estar mezclando la literatura con la politica? estoy cansado de estar escuchando opiniones de la izquierda y de la derecha. Ahora casi no leo mucho porque estos nuevos "poetas" solo hablan de golpe de estado,de sucesión,del Mesias Zelaya,del Mesias Micheletti.
    La poesia ó la buena lectura se arruina cuando enmedio de ella empiezan a verter opiniones ideológicas,me distraen y pierdo el sentido de lo que el escritor quiere expresar.
    Continuen con esa difícil tarea de hacer crítica literaria,talvez así estos nuevos "poetas" y "escritores" cambian de actitud y nos dejan de aburrir con sus opiniones ideológicas.

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  3. Me leído la nota completa, uffff(esto es porque justo iba a apagar la computadora para ir a la cama pero no pude irme sin leer toda la nota incluida la llama).

    Discrepo en que la literatura no tiene o los escritores no tienen por qué dar opiniones sobre política, como bien han dicho los autores del bloc, esto se llama libertad de expresión. Cuando un escritor da su opinión es muy difícil que no lo haga desde su arte o dicho de otra manera, su opinión tendrá tintes políticoliterarios, por la simple y sencilla razón de que el traje de escritor no es algo que se pueda quitar y poner.

    PD explicatorio: cuando hablamos sobre cualquier tema lo hacemos desde los conocimientos que hemos ido acumulando a lo largo de la vida, dicho bagaje es el que nos permite dar una opinión y de manera más básica expresarnos.

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